Uno de los vientos de cambio y transformación a los que se aspiró en la elección del pasado 1 de julio en México, fue justamente el de las consultas amplias y constantes.
El corte de caja ha empezado, las comparecencias transcurren ante una nueva composición en el Congreso que cambia la dinámica de los aplausos y los reconocimientos a los cuestionamientos y las llamadas a una inmediata rendición de cuentas.
Para las tribunas de espectadores que desde las redes sociales seguimos el curso de un final de sexenio, no puede haber mejor momento. El dilema del NAICM, la escasez de agua, los súbitos anuncios de recortes a programas y sectores de la administración pública nos tienen absortos en un espiral interminable de información.
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